El otoño quedó detrás de mis ojos,
y con esa sensación del otoño
comencé el invierno blanco.
A veces,
cuando la nieve es muy espesa,
cierro los ojos y observo.
Observo el rojo de las hojas,
y el grisáceo del cielo.
Aspiro el aroma a hierba,
y luego contengo la respiración.
Siento las hojas frías,
mojadas, y tirito con el viento.
Corro detrás del aire que se lleva esos recuerdos,
y abro los ojos.
Y entonces veo como la nevada comienza,
y me siento completa.
A través de mis ojos,
que llevan el otoño consigo,
veo la nieve que todo lo cubre.
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