Todas las puertas se cerraron de repente, y nosotros, solos, nos quedamos esperando a que alguien las abriera y nos dejara salir, o que todo volviese a entrar.
Que decir tiene que esa habitación estuvo vacía, con nosotros dentro, sin gritar 'auxilio' sin intentar salir, y la blancura nos cegó año tras año.
Un día alguien entró, y nosotros sin estar acostumbrados a tanta luz, nos fuimos a esconder a la oscuridad.
Pero tú te libraste de la cegadura antes, y conseguiste salir, mientras yo me quedé en aquella esquina llena de gris cegador.
Tal vez ha pasado esto, porque debería haber sucedido mucho antes, y no lo vimos. Siento haber estado tan ciega, tan reducida a una cegadura.
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