Cuando las luces se apagan y
tienes que andar a tientas buscando el interruptor,
es entonces cuando suena la luz de emergencia.
Suena, y observas como parpadea,
y te preguntas si es cierto que ahí está la salida,
y si así es, te preguntas si es normal que deslumbre tanto.
Y luego, más tarde, descubres que alguien ha entrado
y le ha dado al interruptor por ti,
te abre las persianas y apaga la luz de emergencia.
Cierras los ojos y te dejas llevar,
dejas que te guíe entre los resquicios
que aún quedan de oscuridad.
Suspiras, y al fin abres los ojos,
le miras a los ojos, y comprendes que te ha salvado,
y que siempre lo volvería a hacer.
¬ Felicidades ♥
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