Me he mareado hasta caer rendida ante ti.
Ya estás acabando, y noto el vértigo que da el tiempo sobre las cosas que te importan, y puede que también lo sienta sobre todo lo que me rodea, o tal vez son solo imaginaciones mías de lo que me gustaría de verdad sentir.
Y es que desde que veo que te queda una semana de vida, noto que la vida es real, y he descubierto facetas de mi vida que me han hecho abrir los ojos.
He comenzado tradiciones nuevas, y he perpetuado otras, he reencontrado viejas sensaciones, y me he arreglado la cabeza unas tantas veces, y otras tantas la he desordenado aun más; pero al fin comprendo lo que realmente quiero de la vida.
Solo puedo decirte gracias y adiós,
Porque eso es exactamente lo que he sentido por ti, porque es lo que me has hecho sentir, es lo que he encontrado entre tus horas perdidas, y entre tus días verdiazules, que han sido tan cambiantes como tus cielos despejados y al momento llenos de nubarrones que han amenazado con desatar tormentas.
He descubierto ha explicar en que creo, a que temo realmente, y he encontrado una filosofía de vida, que no puede arreglarme mejor mis problemas de cabeza.
Así que sí, gracias y adiós,
Porque aun no puedo comprender como has podido ser tan véloz, cuando normalmente eras siempre el más rezagado, querido abril, me has demostrado que si se puede remontar, y tú lo has conseguido, y puedes decir alto y con orgullo, que te has salido.
Contigo he sabido ver quien de verdad era parte importante de mi vida, y quien simplemente estaba ahí para hacer hueco.
Y es que nunca fuiste especial para mí, pero gracias a esto, ahora te tengo un gran cariño que me será difícil olvidar lo que me has dado, y supongo que la mejor palabra para describirte es: relax.
Y aunque contigo he cambiado muchas cosas, a mejor o a peor, ahora sé lo que realmente es importante en mi vida, y lo que realmente sé que debe quedarse así.
Así que sí, gracias y adiós.
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