jueves, 19 de octubre de 2017

LA NIEBLA

Incriminating hand prints. How dare you see how I feel or what my secret hopes…

La niebla entra calmada y con gran seguridad,
no entiendo porque tiene tantas ganas
de un abrazo tan desesperado
sin dar tiempo de coger aire antes de sumergirme en ella.

Sé que deberá sentirse un tanto sola,
todo el mundo tiene sus días al fin y al cabo
días en los que necesita un abrazo.

Puede que ella concretamente no te avise,
y a veces hasta la odies por ello,
tal vez es que la soledad la ha enfriado,
y un escalofrío te recorre cada vez que la ves.

Nace en el cuello,
y va bajando jugando en tus brazos,
mientras se divide, y recorre tu columna,
y entonces sientes que te abraza con ganas,
casi como si la fueras a curar de su impotencia.

Siempre parece en calma,
tal vez sea su impotencia lo que provoca esa apariencia,
la impotencia de no poder controlar nada,
de que el viento la arrastre de aquí para allá,
de que todo el mundo rechace sus abrazos.

Tal vez la niebla sean los suspiros 
que cada persona en soledad lanza,
pidiendo por favor un abrazo,
de esos que te ayudan a levantarte de la cama, y hacer frente al frío encima del edredón.

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