Brillando descubrí la ceguera
que alguien color mate me había impuesto.
No supe muy bien como llegó ahí,
como no vi la mudanza que se producía en mis ojos.
Será que no veo de cerca,
o tal vez es que ya estaba ciega.
Ciega y viendo, tal vez todo lo que estaba
sucediendo.
Dejé que minutos pasaran,
de ojo a ojo, ceguera y visión.
Pude ver como intercambiaban
besos sin palabras, sin estar cerca.
Vi como se fundían en mis pupilas,
y vi como me invadía la ceguera.
Luego se fueron,
y me quedé ciega.
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