se me olvidó despedirme,
pero no me arrepiento.
sabía lo que me hacía mientras llenaba la maleta,
no necesitaba una señal de peligro.
hay decisiones que se toman por instinto de supervivencia.
y esta no era la excepción a esas.
olvidé decir adiós y tal vez fue lo mejor,
no necesité ninguna despedida
para que se echaran atrás.
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