
Y aunque lo intentemos sin correr riesgos
todavía tenemos miedo.
Y puede que finalmente los humanos
seamos la especie más cobarde que puebla la Tierra.
Porque aunque lo tengamos todo atado,
la garganta se nos sube.
A la mínima comenzamos a temblar, y la piel
se nos vuelve toda una gallina.
Y aunque estemos sin riesgos,
el miedo es algo así como nuestra sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario