¿Y si probamos a cerrar los ojos?
Cerrarlos y dejarlos así, dejarles ignorar el mundo, dejarles descansar,
sin tener que pensar en nada, simplemente dándole la espalda al mundo,
a la gente, a la vida, a los otros, a todo lo que no les interesa.
Simplemente escuchar y respirar,
escuchar tu respiración,
notar como tus pulmones suben y bajan, se llenan y se deshinchan.
Voy a aprovechar que tienes los ojos cerrados para preguntarte
que ves.
Tal vez sea el universo,
o quizá ves puntos de luz aquí allá que empiezan a cegarte.
Puede que simplemente lo veas todo negro, oscuro, cerrado.
Ahora céntrate en tu piel,
en lo que siente al estar expuesta a todo, y protegida de
tu interior.
Y finalmente, abre los ojos,
y observa tu respiración, tu piel, un mundo lleno de vida.
Y sí, respira.
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