Tan ciegos y olvidados,
Tan desolados y desesperados.
Tan solos que perdemos y
dejamos de luchar.
Pero el silencio no siempre
es lo mejor,
a veces
toca respirar,
sentir,
e intentar ver algo
entre la niebla que
provocan las lágrimas.
Y si no lo consigues
siempre puedes escuchar,
respirar,
y sentir la paciencia
que siempre buscaste.
La paz del silencio,
la calma del mar.
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