domingo, 19 de junio de 2016

ME INCENDIASTE



Abrí tus ojos,
con un soplido,
salido de mis labios,
rojos como fuego eterno.

Abrí sus ojos,
con una sonrisa,
salida de mi boca,
hecha incendio.

Abrí mis ojos,
con una caída,
salida de mí,
hecha ceniza.

Todo empezó en mis labios,
cuando tú les prendiste fuego.
Y esa chispa, me hizo ceniza.

Convertiste mi boca en incendio,
que acabó quemando mis órganos,
los únicos que aun arderían por ti.

Yo ya no, cuando note la ceniza
raspándome el paladar, paré,
dejé de quererte en cuanto me incendiaste.

Tú jamás lo entenderás,
nadie lo hará, y seguirás,
incendiando todo a tu paso.

Porque eso es lo que haces,
eres puro fuego, y sí, si te
acercas mucho, quemas.

No te confundas,
arderás en mis órganos,
mis labios,
mi paladar,
mi boca,
arderás en mi ceniza.

La diferencia es que
ya jamás arderás
en mi corazón.

La diferencia es que
eres incendio,
me incendiaste,
me hice ceniza,

eres incendio,
y yo ahora solo ceniza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario