jueves, 23 de junio de 2016

VERANO

Bienvenidos seáis todos a la época del año en el que la gente tiene miles de estrellas como sonrisa. Porque estamos a verano, y su llegada le gusta a todo el mundo.

Ya sea por las vacaciones, por el calor (aunque haya partes a las que aun no llegó), o por cualquier otra razón que desconozca.
El caso es que en el verano los días son más amenos, pues al día siguiente, no le tienes una etiqueta, no lo tienes catalogado, no le tienes un destino, no sabes que ocurrirá.

En verano, los niños saltan de alegría en la playa, otros leen en los aviones de camino a un destino soñado, algunos juegan en el coche de camino a su casa de vacaciones, supongo que siempre habrá alguno que lloré en su casa, porque todos sus amigos se han ido.

Pero eso es lo de siempre, porque el verano en esas fechas aun no ha llegado. El verano llega una semana después de las vacaciones, cuando ya has salido, has ido a la playa, has estado en familia, y has dormido hasta tarde.

El verano llega, cuando no te apetece hacer nada, y empiezas a gastar todas tus tardes en el sofá, comiendo sin parar, viendo telebasura, o simplemente vagando por la casa en busca de alguien que hable contigo.

Y luego esta esa mañana, en la que por alguna razón tu madre te despierta a las diez de la mañana, y te dice que vais a salir a caminar.

Y ya sé que esto no tiene letra y media de poema, pero pienso que el verano nos produce tanta vaguez, que necesitamos hablar de él vagamente.

La próxima entrada hablará del verano más poeticamente, hasta entonces, disfrutar del principio de verano, porque luego llegan los meses de sofá.

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